Memoria de una travesía interior
Vivir con toda hondura el amor es vivirlo en el presente, porque no hay otro tiempo para vivir. Ni lo que fuimos en el pasado, ni lo que podamos llegar a ser en el futuro, determinan o condicionan necesariamente nuestra relación actual. Cada momento presente puede ser un amanecer, un despertar, una nueva oportunidad para experimentar intensamente el amor, para superar el pasado y para abrirse con esperanza al futuro. La posibilidad cierta de una vida amorosamente compartida cada instante, vale infinitamente más que la añoranza de lo que creemos que fueron buenos tiempos pasados que ya no volverán, o que el deseo de una mejor época que está por venir y que nadie nos asegura que sea así
Deja tu comentario