portada libro Carpe Diem

 

Lady Cabra

 

Era un cálido atardecer de primavera. El cielo estaba casi despejado, salvo por algunas nubes despistadas que volaban, libres, por la inmensidad en la que se desplazaban. El sol, que ya se iba acercando al horizonte detrás de las montañas, destellaba con un tono anaranjado que dejaba en el olvido el azul del cielo que reinaba de día. Con admiración, el agua del lago reflejaba aquella hermosa luz, mientras la fresca brisa acariciaba su superficie y creaba leves ondas en ella.

En una de las orillas que delimitaban el inmenso lago, se hallaba una muchacha de anaranjados y dorados cabellos que, al igual que el agua, parecían reflejar la luz y brillar por sí mismos, como si fueran llamas cayendo por sus hombros y espalda. Su piel, levemente bronceada, era lisa y suave, y los iris de sus ojos presentaban un color tan oscuro que parecía negro.

 

 

Tamaño: 15×21 cm | Encuadernación: Tapa blanda | Número de páginas: 32
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