Los libros que vamos editando
Vivir la Salud
Pasionporloslibros2025-01-20T21:17:54+00:00Con este libro pretendo desvelar el secreto que mantuve durante los años de la enfermedad y que tanto me ayudó para poder estar todavía aquí con vosotros.
Los libros que vamos editando
Con este libro pretendo desvelar el secreto que mantuve durante los años de la enfermedad y que tanto me ayudó para poder estar todavía aquí con vosotros.
Una mañana de primavera Iris se despertó con el sonido de las gotitas de lluvia sobre el cristal de su ventana.
Hace mucho tiempo, en unas tierras lejanas y secas, vivía una tribu que era conocida como “los hacedores de lluvias”.
Ariadna tenía dos años y era muy feliz. Lo que más le gustaba era tomar lechita de las tetas de su mamá.
Dar visibilidad al pequeño legado de apuntes que Antonio Poveda Sanjuán tituló como «Memorias de mi odisea», era un deber y una responsabilidad que siempre sentí como contraída con la memoria oral del pueblo
Una vez alguien dijo que para tener un final feliz sólo hay que saber cuándo dejar de contar una historia.
Una de las grandes aficiones de Viñuales fueron las excursiones por la provincia de Huesca y los viajes por España. De estos últimos han quedado registradas largas series de fotografías de Barcelona, San Sebastián y Sevilla. Asimismo hay excelentes fotografías de Zaragoza y Granada.
María era una feliz mamá que adoraba a su hijita Mandy, pero había algo que le preocupaba y mucho: su pequeña ya había cumplido los cinco años y no abandonaba su chupete.
El Trashumante narra la odisea de Ignacio, un muchacho nacido al final del siglo XIX en el seno de una humilde familia de Castilla. En tiempo de la depresión previa a la gran guerra y tras vanos intentos por encontrar su identidad en el entorno que le vio crecer, se ve obligado a tomar otros caminos obligado por la necesidad de subsistir.
Ejércitos de muertos que avanzan destrozando todo a su paso y aumentan con su hambre sus tropas y multiplican su ejército a cada instante. Soldados perfectos. No tienen que descansar, no pueden dormirse durante una guardia. No necesitan pararse a comer ni a dormir. No hay forma de razonar con ellos ni de negociar una paz.