Minerales manufacturas y falsificaciones portada

 

José María Asensi

Son innumerables las falsificaciones de minerales y las formas manufacturadas que se hacen pasar por minerales naturales. De hecho, cualquier libro sobre ellas, por exhaustivo que fuera, quedaría obsoleto al poco de editarse, tal es la velocidad con la que la industria descubre nuevos procesos. Por eso, el objetivo de esta publicación, que aspira a ser útil, económica y comprensible, es mostrar las formas más comunes de falsificaciones y manufacturas y advertir sobre este mundo tan complejo.
Quiero romper una lanza en favor de los comerciantes que venden estos productos; muchas veces, ignoran lo que venden. No hay mala fe. No se trata de timos, sino de ignorancia. Sin duda, hay en este mundillo verdaderos timadores pero creo, de corazón, que son los menos, y que no se encuentran en los circuitos del mineral del pequeño coleccionista.
De aquí la primera conclusión: Hay que acudir siempre a un comerciante de reconocida solvencia, sobre todo, naturalmente, si la pieza tiene un cierto valor.
Debemos de tener en cuenta, que los procesos de manipulación son a veces tan sofisticados, que sólo se pueden descubrir a través de análisis complicados y caros, que no están al alcance del común de los coleccionistas y que no suelen justificarse, por el valor de la pieza.
El asunto de la falsificación de los fósiles merece un tratamiento especial, por lo complejo y por el peso económico de su comercio. A este respecto, no puedo dejar de citar al Dr. Joan Corbacho, probablemente la máxima autoridad mundial en este sórdido asunto, que tiene publicada una valiosa y muy accesible serie de artículos sobre el tema, en
“Batalleria. Revista de Paleontología”, editada por el Museo Geológico del Seminario de Barcelona (España).

La forma más eficaz de descubrir una falsificación es consultar con un comerciante (distinto al vendedor) o llevar la pieza en duda a un mercadillo y preguntar en el stand de una asociación mineralógica, de las que suelen estar presentes en esos certámenes. Si en nuestra localidad hay un museo geológico, suele ser un buen recurso consultar allí. Si no tenemos mercadillo ni museo a mano, nos queda la magnífica solución de fotografiar el ejemplar dudoso y subirlo a un foro de minerales; en algunos de estos foros participan verdaderos especialistas, que brindan generosamente sus conocimientos a los participantes.

Hay que tener presente también al formar nuestra colección, que una falsificación o manipulación puede ser bella, suele ser barata y puede resultar pedagógica, por lo que no hay que hacerle siempre ascos; lo único que es imperativo es que sepamos que no es natural y que la exhibamos como tal; un cristal en tolva de bismuto –que es artificial– en nada desmerece a una colección, al contrario, da un motivo de conversación.

Por último, quiero señalar que he añadido al final algunos ejemplares que no suele tratar la bibliografía sobre las falsificaciones y manipulaciones. A este añadido lo podríamos titular; “lo parece pero no lo es”, y agrupa especies que, siendo de naturaleza mineral, los no iniciados las confunden con otras especies parecidas, pero con las que no tienen nada que ver.

 

 

Tamaño: 15×21 cm | Encuadernación: Tapa blanda | Número de páginas: 40
P.V.P. 16 €



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